Prototipar
o prototipado es la cuarta de las fases dentro de un proceso de Design
Thinking. Es el momento de los makers. De todos aquellos que se sienten cómodos
utilizando sus manos para pensar. Las ideas van a ser aterrizadas y a
convertirse en tangibles. Para que de esa manera el usuario no solo imagine
propuestas, sino que pueda tocarlas.
Todas las
etapas de un proceso de Design Thinking tienen lugar por una u otra razón. En
el caso del prototipado, su capacidad para hacernos avanzar es la principal. Al
llegar a esta fase del proceso se produce de nuevo una convergencia. Acabamos
de generar muchas ideas. De hecho, cuantas más se hayan generado, mejor. Al
prototipar, hacemos que estas converjan. Y den lugar a una realidad tangible
que, como veremos a continuación, puede construirse de muy divisas formas.
Prototipar:
la forma rápida y barata de conectar con el usuario
Como
decíamos en nuestra página de inicio, el Design Thinking es una metodología
orientada a la acción. Se buscan procesos cortos e iterativos. Aquellos que, a
través del feedback dado por el usuario nos permitan ajustarnos cada vez más a
la satisfacción de sus necesidades y deseos.
La fase de
prototipar encaja perfectamente con esta filosofía. Un prototipo es un ensayo
rápido y barato. Una tangibilización de las ideas. Que nos permite,
precisamente por su naturaleza, fallar de forma veloz y con muy poco coste mientras
aprendemos del usuario.
Además de
la gran ventaja que supone “fallar rápido
para acertar pronto” la creación de prototipos nos conecta con otras cuestiones
interesantes. Una de ellas es la de ponernos en contacto con una forma de
trabajo a la que no estamos acostumbrados: la de ejecutar para pensar.
Existen
distintos estudios acerca de cómo “pensar con las manos” genera nuevos tipos de
conexión en el cerebro. También de su capacidad de inspirar nuevas ideas. Y,
es, precisamente por eso, por lo que al prototipar también pueden enriquecerse
las ideas generadas previamente.
En las
metodologías ágiles la cultura del prototipado está muy integrada. Pero no
sucede lo mismo con las más tradicionales. En estas últimas los procesos son
mucho más lentos. Se piensa en productos acabados y que cuenten con todas las
características previstas en su salida al mercado. El prototipo representa lo
contrario. No es necesario que tenga todas las funcionalidades a las que
aspiramos llegar. Estas se van incorporando a medida que el usuario las
demanda. O cuando tenemos pruebas de que resultarán importantes para él.
Formas de
prototipar rápidas y baratas
Rol
playing: Para prototipar a veces solo es necesaria una representación de la
forma de uso de un producto. O de un servicio. Se trata de simular la
interacción incluyendo las características que resultan relevantes para el
usuario.
Plano de
producto/servicio: En este caso se elabora un diseño en el que se recoge la
forma y características del producto o servicio. Un ejemplo de aplicación
podría ser una nueva bicicleta con distintas características. Se mostraría la
forma de sus ruedas, la del manillar, asiento… en definitiva, todo lo relevante
que queramos validar con el usuario. Si es pertinente, pueden hacerse
diferentes planos que muestren distintas perspectivas y foco en algunos
detalles.
Storyboard:
Este prototipo gráfico representa la interacción del usuario con el producto o
servicio. En él, se recoge “la película” que cuenta sus funcionalidades y cómo estas dan solución a necesidades del
usuario. No hace falta contar con grandes ilustraciones en su diseño. Pero sí
con dibujos que le permitan entender claramente lo que cada viñeta representa.
Folleto: La
característica adicional que incluye el folleto dentro de la categoría de
prototipos es que incluye un discurso comercial. Y también fotos y un
ordenamiento y priorización de la información. Es mejor utilizarlo en fases
avanzadas de prototipado de un producto o servicio. En el que además exista
alguna noción de tono de comunicación e identidad de marca.
Pantallazos:
En los casos anteriores el prototipo podría crearse con boli y papel. Si
decidimos sofisticarlo, podemos recurrir al ordenador. Y al diseño de
pantallazos que nos permitan no solo recoger la historia del producto o
servicio. Sino también como se integrarían dentro de una web.
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